Los muñequitos animados una vez más hacen la delicia de chicos y grandes; de los más pequeños porque forman parte de su mundo de ilusión, y de los más grandes porque nos recuerdan que dentro del pecho y a veces sin darnos cuenta por las exigencias de la vida, hay un niño que pugna por reencontrarse con el mundo de la magia y de los sueños que quedó allá atrás en el tiempo, junto con los pantalones cortos, el trompo, la bolita, la pandorga, la pelota de trapo.
8/13/2008
Los muñequitos animados una vez más hacen la delicia de chicos y grandes; de los más pequeños porque forman parte de su mundo de ilusión, y de los más grandes porque nos recuerdan que dentro del pecho y a veces sin darnos cuenta por las exigencias de la vida, hay un niño que pugna por reencontrarse con el mundo de la magia y de los sueños que quedó allá atrás en el tiempo, junto con los pantalones cortos, el trompo, la bolita, la pandorga, la pelota de trapo.
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