Una vista del altar del Camarín de la Virgen y de la obra pictórica que le sirve de marco, en la que se puede apreciar el detalle de los guaraníes que en actitud contemplativa adoran a la Madre de Dios.
Es de destacar que, a mi entender, el artista supo expresar en la obra el espíritu del indígena que un día fue dueño y señor de estas tierras.
Un día, visitando la Basílica, esa imagen me inspiró para que escribiera la siguiente estrofa que forma parte de la poesía "Corrientes, la majestuosa" en la cual rindo humildemente mi homenaje a la grandeza de la Ciudad Capital de nuestra Provincia de Corrientes:
Rostro moreno de ojos rasgados
semblante sereno de aquel guaraní
van diciendo sus recias facciones
de un tiempo remoto, el de igma guare
que él no se ha muerto, que no es pasado
su alma bravía que reinó en Taragui
aún vive en tu río de aguas marrones,
cuarajhi ardiente de asayé pité.
4/21/2008
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