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12/21/2008

La juventud y la belleza femenina no podían estar ausentes en el desfile. Ellas son experimentadas jinetes y no se asustan si es que el caballo se para de manos, es más, ante el pedido del maestro de ceremonias ellas mismas provocan ese movimiento del animal haciéndole sentir el rigor de las espuelas y sujetándolo a la vez con las riendas, generando el aplauso de los espectadores.


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