Para la tarde del viernes estaba prevista la visita de la Presidenta de la Nación, quien pronunciaría el discurso de cierre de los Juegos.
A este efecto se montó un escenario dando la espalda a la rambla, lugar donde se congregaron las distintas delegaciones reuniendo a más de diez mil participantes del evento deportivo.
En el entendimiento de que lo importante aquí no era el discurso político sino la presencia palpable del espíritu de los Juegos Evita, las imágenes tratan de captar el componente de amistad y confraternidad que ellos despiertan, con el canto, el baile y las consignas que identificaban a cada contingente, que se identificaba además con la bandera y los uniformes deportivos donde se podía leer el nombre de la provincia que representaba cada uno.
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